¿Quién fue Adán?

 Los iniciados de todos los santuarios del Esoterismo consideran la caída de ADÁN (quiero decir: Ese ser cosmogónico, cualesquiera que sean los diversos nombres que haya tomado), como la causa universal de la Involución. 



Hemos mostrado la aplicación que se puede hacer de los principios de la teosofía cristiana a los hierogramas de la mitología oculta de Israel, sabiamente restituida a la resplandeciente luz de su esoterismo por la piadosa mano de FABRE D’OLIVET. 

Hemos indicado la filiación de los seres cosmogónicos constitutivos del Universo, partiendo del elemento primordial del VERBO ETERNO, del que SAN JUAN escribe: “IN PRINCIO ERAT VERBUM ET VERBUM ERAT APUD DEUM ET DEUS ERAT VERBUM; OMNIA PER IPSUM FACTA SUNT ET SINO IPSO FACTUM EST NIHIL QUOD FACTUM EST. IN IPSO VITA ERAT.” 

Y este Verbo Divino, como ya hemos dicho, no es otro que el GRAN ADÁN de los Misterios egipcios, el ADÁN KADMON de los Cabalistas. Si esto es así, ¿se nos reprochará, como ELOHIM (en el Génesis), que el Universo ha sido creado antes incluso de nombrar a ADÁN?. 

Otra forma de concebir a ADÁN es la que adopta FABRE D’OLIVET en sus comentarios de BEROESHITH, tomándolo simplemente como el mediador de la naturaleza, como la voluntad de EVA, como el VA del tetragrama biológico IOD-HEVE o IOHAH.

 La caída apaga el signo luminoso del VAF v, que se transforma en signo convertible. ADÁN se objetiva y cae en la materia; el universo pasa de potencia a acto; OENOSH, el hombre corporal aparece. El ADÁN KADMON del Zohar, o Verbo Absoluto, corresponde al CRISTO GLORIOSO, síntesis mística de la Iglesia militante.

 El primero es considerado, en principio y en esencia, en el seno de la divinidad; el segundo en potencia y en acto dentro del universo. Pero, cualquiera que sea lo indefinido que se sustraiga del Infinito, cualquiera que sea el relativo que se sustraiga de lo Absoluto, el Infinito permanece infinito, el Absoluto permanece absoluto.

Comentarios